Habla la Unión Europea de Rusia. No lo tienen claro. Dice Francia que sí, que se han ido de OSetia, que son buenos y hasta proponen aceptarles como miembros. Viniendo eso de Napoleón hay que hacer dobles lecturas. Los ingleses no lo tienen claro, Solana sí. Desde las islas se dice que los rusos se han ido, pero no lo suficiente, el español afirma que los soldados de Putin están plácidamente en sus hogares disfrutando de la familia y los amigos.

De todos estos el más curioso, como casi siempre, es Lech Kaczynski, el presidente polaco. PArece ser que su primer ministro no quería que fuese a Bruselas e hizo lo posible para que no apareciese. Sobra decir que hace tiempo que el primer ministro dejó de ser primer ministro, ya que entre hermanos estas cosas no pasan. El caso es que Lech ha ido a Bruselas en contra de la opinión de su primer ministro. Ha llegado de ilegal, sin acreditación y en vuelo regular, para que su colega no se diese cuenta. Que bien funcionan las instituciones en Polonia y como envidio su comunicación interna. No son pocos los que imaginan ya a que iba Kaczynski. No quiere ver a los rusos ni en cromo, cualquier negociación con ellos será bloqueada por Polonia y espera que nadie le contradiga. Hoy pocos tienen dudas del gran salto adelante que dio Europa al aceptar a Polonia y sus políticos de nivel.